domingo, 24 de mayo de 2009

MENTIRAS FUNDAMENTALES DE LA IGLESIA CATOLICA

El Centro de Estudios Teologicos, ha seleccionado este texto, maldito para algunos y condenado por los dicasterios de Roma, porque un aspirante a clérigo ha de saberlo.

Ni el Maestro de Novicios, Padre Espiritual, Rector Formador supieron dar razón fundada en contra de las afirmaciones de este autor.
El Arzobispo Diocesano, el Abad Mitrado del Monasterio, el Titular de la Prelatura, Legionario o Arguelliano alguno supieron contradecir estas afirmaciones.

Entendemos que un Clérigo, ha de saberlas. Y si piensa que son ciertas, no exponerlas en publico, pues le suspenderan la Licencia. Guardenla ,como Ella, en su corazon.

No se acongojen. Estudienla y no las expongan, pues la jerarquía nos aconseja harán daño y serán escandalo para los feligreses., amen de producir una debacle en el flujo de limosnas, diezmo y donaciones.

Les bendice,

+Fray Bonifacio de Salamanca

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En el libro "Mentiras fundamentales de la Iglesia católica" su autor, Pepe Rodríguez, analiza con rigor los textos bíblicos para extraer de ellos sus conclusiones implícitas y explícitas más importantes, evidenciando así unos hechos fundamentales que, a pesar de que siempre estuvieron allí, nos han sido celosamente ocultados a todos. Por sorprendentes que puedan parecer las afirmaciones que se hacen en este polémico libro de Pepe Rodríguez, bastará que cualquier lector las contraste con una Biblia para darse cuenta de su veracidad. EN LA BIBLIA, ENTRE OTRAS MUCHAS COSAS, SE MUESTRA, DE MODO CLARO E IRREFUTABLE, QUE: • Dios no cree en la supervivencia postmortem de los humanos, ni en el infierno • Moisés no fundó el monoteísmo, ya que él y su pueblo fueron monólatras • Los Diez mandamientos originales no son los mismos que afirma la Iglesia • El culto a las imágenes está absolutamente prohibido y se las califica de "espantajos de melonar" • Los apóstoles no creyeron en la "Inmaculada Concepción" de María (dogma que no fue impuesto hasta 1854) ni en la personalidad divina de Jesús (decretada el año 325) • María, tras alumbrar a Jesús, ofreció un sacrificio expiatorio porque era impura según la Ley de Dios. • María, la madre de Jesús, tuvo como mínimo siete hijos • Jesús fue un judío, fiel cumplidor de la Ley hebrea, que jamás instituyó, ni quiso, ninguna nueva religión ni Iglesia. Jesús nunca fue cristiano ni, menos aún, católico • Jesús predicó que el "fin de los tiempos" era inminente, pero se equivocó • Jesús prohibió explícitamente el sacerdocio profesional • Jesús elevó a la mujer al rango de igualdad con el hombre y la hizo protagonista de algunos de los pasajes más fundamentales de su vida • Jesús no habló jamás de la doctrina de la "Santísima Trinidad" • Jesús fue ejecutado cuando tenía entre 41 y 45 años, no a los 33 • Jesús no pasó tres días y tres noches en su sepulcro, sino ¡un día y medio!, incumpliendo así su profecía más famosa • Los apóstoles no creyeron en la resurrección de Jesús (y sus relatos son muy incoherentes entre sí • Jesús negó toda posibilidad de que pudiera volver al mundo tras su muerte (siendo imposible, por tanto, su presencia "real y verdadera" en el "sacrificio de la misa" • La figura del Papa es contraria a lo que predicó Jesús y Pedro jamás fue obispo de Roma • San Pablo afirmó que "Dios no habita en templos hechos por la mano del hombre" • Los sacerdotes deben ser "maridos de una sola mujer" MEDIANTE EL ANALISIS HISTORICO Y CIENTIFICO DE LOS TEXTOS BIBLICOS SE MUESTRA, POR EJEMPLO, QUE: • Moisés no es el autor de ninguno de los cinco libros básicos de la Biblia • Los libros de los profetas fueron redactados por otros y las "profecías" o no eran tales o fueron incluidas una vez sucedidos los hechos anunciados • La imagen del Dios judeocristiano actual fue creada por Esdras • Tres de los cuatro Evangelios no son obra de apóstoles sino de autores que jamás conocieron a Jesús • Los Evangelios, escritos en fechas y regiones distintas, se contradicen en casi todo lo fundamental • La mitad de las influyentes Epístolas de San Pablo no fueron escritas por él • Los aspectos míticos de la figura del Jesús-Cristo, así como los hechos prodigiosos de su nacimiento, fueron adoptados tardíamente y copiados de la leyenda de dioses "hijo" paganos anteriores a Jesús • El contenido y fecha de celebración de fiestas como la Pascua de resurrección, Navidad o Reyes es una evidente apropiación de celebraciones paganas anteriores que tenían el mismo significado ••• INFORMACION SOBRE "MENTIRAS FUNDAMENTALES DE LA IGLESIA CATOLICA" http://www.pepe-rodriguez.com/ http://redpublicacipolitana.mforos.com/125994/1785111-las-grandes-mentiras-de-la-iglesia/

miércoles, 20 de mayo de 2009

EL PENTATEUCO


Del griego “Las Cinco Cajas”, de penta, “cinco” y téukos, “caja”.Es el nombre que se le da al conjunto de los primeros cinco libros del Antiguo Testamento: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio. El término Pentateuco no se halla en las Escrituras. El término hebreo empleado para designar a estos cinco libros es Torá, que significa “ley”. También se conoce a este conjunto de libros como: Ley de Jehová, libro de la Ley de Moisés, libro de la Ley de Dios, libro de la Ley de Jehová. En realidad todas estas expresiones hacen referencia a los primeros cinco libros de la Biblia anotados al inicio.
El nombre Pentateuco es un terminó griego que quiere decir: “libro dividido en cinco rollos o volúmenes”. Se dividió así por razón de sus temas distintos y también por razones prácticas, puesto que un rollo antiguo solamente podía contener la quinta parte de la Torá. A finales del siglo pasado empezó a utilizarse también el término
“hexateuco”, es decir, seis libros. Algunos importantes exegetas de nuestros tiempos, han utilizado esta misma terminología. Esto se debe al hecho de que el arco de acontecimientos históricos anunciados por las promesas a los patriarcas en el Génesis tiene su conclusi6n en el libro de Josué, con lo que se llega a formar un conjunto de seis libros.
El Pentateuco o la
Torá, (los cinco primeros libros) se convirtieron para Israel en la parte más importante de las Escrituras, en la Palabra por excelencia. Según la tradición judía, Moisés escribió todo el Pentateuco, y en esta opinión concordaron: Ben Sira (Eclesiástico), Filón (Vida de Moisés), Josefo (Antigüedades IV), la Mishnah (Pirque Aboth i.I), y el Talmud (Baba Bathra 14). La única pregunta que se planteaba era si el relato de la muerte de Moisés (Deuteronomio 34:5-12) la había escrito Josué como dice el Talmud. La iglesia cristiana aceptaba esta tradición judaica, con pocas excepciones. teologia e historiaby csalazar posted may0309

miércoles, 13 de mayo de 2009

SOBRE LA TEOLOGIA


La teología es un conjunto de técnicas y métodos de naturaleza humana filosófica que pretenden alcanzar conocimientos particulares sobre las entidades divinas. Etimológicamente proviene del griego: theos y logos, que significan dios y tratado, estudio.
Este término fue usado por primera vez por Platón en «La República» para referirse a la comprensión de la naturaleza divina por medio de la razón, en oposición a la comprensión literaria propia de sus poetas coetáneos. Más tarde, Aristóteles empleó el término en numerosas ocasiones con dos significados:
Teología como la rama fundamental de la Filosofía, también llamada filosofía primera o ciencia de los primeros principios, más tarde llamada Metafísica por sus seguidores.
Teología como denominación del pensamiento mitológico inmediatamente previo a la Filosofía, en un sentido peyorativo, y sobre todo usado para llamar teólogos a los pensadores antiguos no-filósofos (como Hesíodo y Ferécides de Siros).
San Agustín tomó el concepto teología natural (theologia naturalis) de la gran obra «Antiquitates rerum divinatum», de M. Terencio Varrón, como única teología verdadera de entre las tres presentadas por Varrón: la mítica, la política y la natural. Sobre ésta, situó la teología sobrenatural (theologia supernaturalis), basada en los datos de la revelación y por tanto considerada superior. La teología sobrenatural, situada fuera del campo de acción de la Filosofía, no estaba por debajo, sino por encima de ésta, y la consideraba su sierva, que la ayudaría en la comprensión de Dios.

Teodicea es un término empleado actualmente como sinónimo de teología natural. Fue creado en el s. XVIII por Leibniz como título de una de sus obras: «Ensayo de Teodicea. Acerca de la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal», si bien Leibniz se refería con teodicea a cualquier investigación cuyo fin fuera explicar la existencia del mal y justificar la bondad de Dios.

Contenido
1 Teología católica
1.1 La constitución del Saber Teológico católico
1.2 Evolución histórica de la Teología católica
1.3 Nueva Teología católica en el S. XX
1.4 Tarea atribuida al Teólogo católico
2 Véase también
3 Enlaces externos
4 Bibliografía
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Teología católica
El término teología, por tanto, no es inicialmente de origen cristiano . Sólo a través de un proceso progresivo se impone tanto en Oriente como en Occidente el uso cristiano del término “teología”. Para Clemente de Alejandría, indica el “conocimiento de las cosas divinas”. Para Orígenes expresa la “verdadera doctrina sobre Dios y sobre Jesucristo como Salvador”. Corresponde a Eusebio el privilegio de haber aplicado por primera vez el atributo theologos a Juan Evangelista, ya que en su evangelio escribió una “eminente doctrina sobre Dios”. A partir de él, la Iglesia Católica afirma que la teología indica la verdadera doctrina, la cristiana, en oposición a la falsa doctrina que enseñaban los paganos y los herejes.
El término teología es una palabra compuesta que, en su significado literal, puede indicar un hablar de Dios, o bien un discurso sobre Dios. Si en términos generales la teología es una reflexión sobre Dios (y en este sentido existe también una teología filosófica), en el sentido más corriente de la Iglesia Católica es una reflexión que intenta conocer y comprender la fe a partir de la razón. Así pues, la teología católica presupone la fe como fundamento experiencial e intenta en ella y a través de ella el conocimiento y la comprensión de la fe. En otras palabras, es una actividad intelectual, metódica y crítica que presupone la adhesión a la fe catolica. Para indicarla sintéticamente, se resume a menudo a la fórmula de Anselmo: “Fides quaerens intellectum”: (la teología es la voluntad de la fe de comprender).

En la constitución del saber teológico católico pueden indicarse su objeto, sus fuentes y su lugar. El “objeto” de la teología es Dios -de manera directa-, y el mundo y el hombre a la luz de Dios. Las “fuentes del conocimiento teológico” y sus criterios de verdad son la razón humana y la revelación divina, de manera privilegiada. El “lugar” de la teología es la Iglesia como comunidad de fe y de cristianismo.
De aquí derivan que la Iglesia tiene que poder establecer de forma autorizada criterios para la reflexión teológica. Según la Iglesia católica, la investigación y el trabajo teológico se inscriben dentro de un saber racional [por eso la teología es ciencia] cuyo objeto es dado por la revelación [es decir, la Palabra de Dios] transmitida e interpretada por la Iglesia bajo la autoridad del Magisterio [ya que es imposible evitar la mediación de la Iglesia], y acogida por la fe [importancia del asentimiento de la comunidad].
La Teología se pregunta acerca de la naturaleza, las propiedades y la esencia de Dios usando como fuente la Revelación y como método la lógica trinitaria. En este sentido la Teología es en su mayor parte cristiana, aunque también las religiones no cristianas tienen una respetable tradición teológica, pero basada en otros principios.
Las Iglesias cristianas y su Teología se fundan sobre dos misterios aceptados por todas: El Misterio Trinitario y el Misterio Cristológico.
Misterio Trinitario Es la doctrina que explica la existencia de un solo Dios en tres personas diferentes e identificables: Padre, Hijo y Espíritu Santo; La teoría del tres en uno."La pluralidad en una unidad".
Misterio Cristológico Es la entera vida de Jesucristo, -la segunda Persona o el Hijo-: Su nacimiento, pasión, muerte y resurrección, por la que reconcilia a los hombres con Dios Padre. El misterio radica en la imposibilidad de entender cómo coinciden en la misma Persona dos naturalezas, la Divina, infinita y eterna, con la humana, finita y mortal, de manera que se dé por ejemplo la paradoja de que la misma Persona de Jesús, del viernes de crucifixión al domingo de resurrección, haya estado muerta como hombre y al mismo tiempo viva como Dios junto al Padre y al Espíritu Santo. Es el misterio de que sea, a partir de su nacimiento histórico, verdadero Dios y verdadero hombre.
Además, la teología se dedica también al estudio de otras realidades:
Eclesiología Sobre el papel de la Iglesia misma dentro del plan de la Salvación divina.
Escatología Relacionado con la eclesiología, trata sobre el destino último de la Iglesia, así como de las realidades últimas tanto de cada persona como de la humanidad en general.
En el medioevo surgieron múltiples cismas en torno a la naturaleza de Cristo y en referencia a la virginidad de María (Mariología). Con respecto a ésta última, la controversia en parte giraba en que en Mateo 1:23 el ángel anuncia el nacimiento en condición virginal, mientras que Isaías en su profecía alude a una "almah" que en hebreo significa "niña" o "jovencita", pero no a una "bethulah" que significa "virgen" . Éste es un pequeño ejemplo de las dificultades de la teología como disciplina científica, al tener que encontrar la no contradicción entre los argumentos filológicos y filosóficos, y las afirmaciones dogmáticas del Magisterio de la Iglesia Católica, sostenidas por ser "asistidas por el Espíritu Santo".

Evolución histórica de la Teología católica
El primer milenio está caracterizado por la unidad entre el saber teológico y el ministerio pastoral de los obispos. Los teólogos son los grandes doctores de la Iglesia. Y éstos, con algunas excepciones, son obispos. El magisterio del obispo se desarrollaba siendo teólogo y viceversa; poniendo de manifiesto la unidad y la complementariedad de las dos funciones. La teología era considerada como comentario y esfuerzo de penetración en la Palabra de Dios para poderla vivir concretamente.
En Occidente, es sobre todo Agustín el que mantiene con vigor el sentido religioso de teología: se comprende la teología como el esfuerzo por penetrar cada vez más en la inteligencia de la Escritura y de la Palabra de Dios. Anselmo de Aosta avanza en la comprensión de la teología y crea el principio básico de la teología: quaero intelligere ut credam, sed credo ut intelligam =(busco entender para creer, pero creo para poder entender).

La aparición de las primeras universidades en el siglo XII y el comienzo de la distinción en los estudios escolásticos llevará a la teología a convertirse en cuestionamientos y sentencias sobre la fe, y a reconocerse cada vez más como «ciencia». Se convierte así en una forma de conocimiento racional del dato revelado. Lo que la fe acoge como don, la teología lo explica utilizando las leyes de la comprensión racional. Los teólogos se identifican con los grandes maestros de las universidades y las órdenes monásticas se convierten en la cuna privilegiada para su formación. La identificación entre obispo y teólogos es ya sólo una excepción. La doctrina crece en la comprensión gracias a la ayuda de la razón, pero, sin embargo, comienza la primera gran división entre las escuelas teológicas, es decir entre modos distintos de comprender y explicar la misma fe
.
Se percibe una acepción particular de la palabra «teólogo» a partir del siglo XIX. La teología, comprendida casi exclusivamente como justificación de la doctrina del Magisterio, identifica al teólogo como a aquel que apoya esta doctrina (del Magisterio) tanto a la luz de los principios teóricos de la filosofía como en el plano de la investigación histórica. De todas formas, su función se ve reducida a la de comentador .
El Concilio Vaticano II (1962-1965) nos ha permitido ver a la teología más animada por la Escritura (DV 24) y más en contacto con la vida eclesial. Así pues, la teología sigue estando anclada en la revelación como fundamento suyo y a la fe como su inteligencia crítica, para que la vida de fe del creyente pueda ser motivada y significativa.

Nueva Teología católica en el S. XX
Ha sido extraordinariamente influida por el filósofo Althusser, quien en su reinterpretación de Marx, establece que el totalitarismo no es una condición sine qua non del marxismo, y que lo verdaderamente relevante es la transformación social y la lucha contra las injusticias. A partir de aquí la nueva pléyade de teólogos planteará que se puede ser marxista y sostener la idea de Dios. Ahora bien, debido al desprestigio del marxismo, en sus aplicaciones históricas, dejará de ser utilizado como término en la teología. Incluso sus derivaciones como la teología de la liberación dejarán de ser usadas en el lenguaje pastoral.
Pero se mantienen las tesis de Marx en el sentido de que toda apelación a un más allá es alienante, y que toda la atención debe ser encaminada a este mundo. Ello lleva implícito la relectura de las otras dos grandes virtudes: Fe y Caridad, en clave temporal de redención humana.

Tarea atribuida al Teólogo católico
Se puede pensar en el teólogo católico como en aquel que, por vocación, se entrega al estudio de un acontecimiento que hunde sus raíces en el pasado, pero como hijo de su tiempo, cargado de las provocaciones y tensiones del presente, teniendo que producir instrumentos para que ese acontecimiento sea comprensible y significativo también para el día de hoy. Como creyente, se ve llevado en su investigación por la certeza de la fe, pero como científico está sujeto a las reglas del saber crítico.
El teólogo es ante todo un creyente. Su investigación está ya puesta en el horizonte de la revelación, que no es de suyo objeto demostrativo de su trabajo teológico. Él acepta esta verdad tal como se la ha transmitido la tradición eclesial. Esto es lo que constituye el objeto de su fe. El teólogo, por tanto, no duda de los fundamentos de su saber teológico ni establece ideas nuevas. Su trabajo no es el de producir la verdad, sino el de buscar la inteligibilidad de aquella verdad que él acepta y que sabe que es tal por la fe. Su tarea como científico será la de inventar lenguajes y formas de comunicación que permitan reconocer cómo el acontecimiento histórico Jesús de Nazaret es de forma definitiva e insuperable la revelación del amor trinitario de Dios. Esta verdad es la que tiene que destacar con toda su plenitud de sentido.
La Palabra de Dios, objeto de estudio del teólogo, le viene en la Iglesia y a través de la Iglesia. La comprensión de esta Palabra, eclesialmente mediada desde su origen, se orienta primariamente a la comunidad creyente, para que sepa dar razón de su fe (1 Pe 3,15). En este horizonte es donde se pone otra característica del teólogo: la eclesialidad, es decir vivir, pensar y sentir como parte de la Iglesia.

El ministerio del teólogo se hace más visible cuando, en virtud de su competencia, fruto de la investigación y del estudio personal, enseña a los demás. Pero al ser un ministerio en la Iglesia y de la Iglesia, que la relaciona de una manera totalmente peculiar con la revelación, la enseñanza del teólogo nunca se le da a título personal. En cuanto teólogo, es siempre una persona «pública», ya que expresa la inteligencia de la fe eclesial. El teólogo como hombre de ciencia necesita claramente competencia y preparación científica, pero como sujeto eclesial se le exige obediencia y fidelidad para su enseñanza (oral y escrita) (1 Cor 4,1). El teólogo es «responsable» de su ministerio y, por consiguiente, el teólogo tendrá que tender, como objetivo permanente, a pasar constantemente de la búsqueda de la “inteligencia” a la conquista de la “sabiduría”. De wikipedia